Algunas cartas del Tarot pueden parecer intimidantes para quienes son nuevos en esta práctica. Este miedo es el resultado de la ignorancia, de no saber y no sentirse en control. El miedo es peligroso, no el Tarot. El Tarot representa el espectro completo de la condición humana: lo bueno, lo malo, la luz y la oscuridad. No temas los aspectos más oscuros de la condición humana. En su lugar, trata de entenderlos. El Tarot es un libro de historias sobre la vida, sobre la grandeza de los logros humanos, y también sobre la fealdad de la que cada uno somos capaces.
No es magia gitana ni brujería. Es filosofía.
A lo largo de la historia, el Tarot ha sido ocasionalmente visto como algo demoníaco. Sin embargo, tales temores carecen completamente de fundamento. El Tarot no es capaz de ser bueno o malo. Son solo cartas. Únicamente las personas son capaces de ser buenas o malas.
Con respecto a por qué o cómo funciona el Tarot, existen diversas teorías predominantes. Una de las más populares es el principio junguiano de sincronicidad. Generalmente, entendemos que los eventos ocurren en relación unos con otros debido a la causa y efecto, el principio de causalidad. Alrededor de 1930, el psicólogo Carl Gustav Jung propuso una segunda explicación de los eventos. Cuando dos o más eventos parecen estar relacionados pero no pueden explicarse adecuadamente por causa y efecto, la teoría de cómo y por qué los eventos ocurren juntos es la sincronicidad. Esta teoría intenta explicar las coincidencias, eventos relacionados o similares que ocurren simultáneamente, que no tienen una relación de causa y efecto, pero que era muy poco probable que ocurrieran solo por casualidad.